Carlos Esteva fue un pionero en plantar en el Garraf variedades nunca vistas. Es el caso de la Chenin Blanc que Carlos plantó en el albur del nuevo siglo. La Calma es un monovarietal de Chenin Blanc de un viñedo trabajado y vendimiado a mano. Con una crianza de apenas medio año en barrica de roble francés y un afinamiento posterior de dos años en botella. Es untuoso y suculento, pero no renuncia a la verticalidad y la frescura.