Es la insignia de las propiedades de Catherine Péré-Vergé. La finca, con un subsuelo arcilloso con gravas, está situada en el centro del triángulo mágico formado por Petrus, La Fleur y Vieux Chateau Certan, y desde su compra por parte de Madame Péré-Vergé ha vivido un renacimiento reconocido por crítica y público.