Todos los vinos de Equipo Navazos tienen su historia, y la de este PX Bota No que hace el número 56 en la serie no iba a ser menos. Cuando Jan Pettersen se hizo cargo de Bodegas Rey Fernando de Castilla descubrió que las soleras de Pedro Ximénez se habían desmantelado para vender las botas individualmente. Sin embargo, en unas pocas botas había quedado una pequeña cantidad de vino que se había concentrado naturalmente y que quedaron bajo su mando. De un estilo montillano, con una graduación alcohólica inicial baja, fue necesario retocarlas hasta los quince grados de rigor y dejarlas redondearse unos años. El vino que ahora se embotella con el número 56 procede de una sóla bota y, como ha ocurrido tantas veces con las ediciones de Equipo Navazos, será irrepetible. En realidad, un pedacito de historia.