Un vino improbable dada la habitual rotundidad de los olorosos montillanos, este Palo Cortado 86 nace de una viña con la mejor albariza de la zona, lo que permite esa tremenda finura que lo convierte en un Palo Cortado. Como todos los vinos embotellados en media botella dentro de la serie La Bota de, es un vino con muchos años (en este caso más de 30) pero, sin embargo, no es uno de esos vinos de gran intensidad y concentración. De gran complejidad, se puede disfrutar algo más que a sorbitos y es un vino único e irrepetible pues se embotelló una sóla bota de las pocas que componen esta pequeña solera.