Una de nuestras conservas preferidas. La ventresca de Olasagasti tiene un sabor intenso, sus lascas se despegan gracias a la maravillosa grasita de la pieza más noble del bonito y, honestamente, no les hace falta añadir nada más. Los Olasagasti se emparentaron en sus orígenes, como no podía ser de otra manera, con una familia italiana que fueron los que trajeron sus enseñanzas al País Vasco a finales del Siglo XIX. Los vascos, hábiles pescadores, aprendieron rápidamente las técnicas italianas y contribuyeron a crear una floreciente industria que llega hasta hoy mismo y para seguir. En Olasagasti lo hacen realmente bien. Sus anchoas no están nada mal pero donde se llevan la palma es en el bonito. Es interesante probar el atún rojo (Cimarrón) pescado a caña en Fuenterrabía o Getaria. De la ventresca no hablamos para que no nos dejen sin ella.