Empiezan a dar que hablar los tintos gallegos, porque estamos volviendo como consumidores a apreciar la frescura y la acidez. Los vinos atlánticos están de moda y Galicia tiene variedades autóctonas como la Caíño Tinto que pueden transmitir fielmente los suelos graníticos de la D.O. Rías Baixas. No son vinos para los amantes de vinos potentes y golosos, pero son auténticos vinos de terruño que, además, son cada vez mejores.