La Manzanilla Velo Flor se encuentra en plena madurez de su crianza biológica, con una media de edad de unos 10 años. El vino pasa directamente de la bota a la botella, un proceso que culmina una elaboración totalmente tradicional y artesanal. Perfil marcadamente salino, con recuerdos muy yodados, toques balsámicos, de levadura y ligeros cítricos.