Celebramos nuestro 25 Aniversario con un reconocimiento a los viticultores que nos precedieron, en particular a nuestro abuelo Doroteo. Y también con una mirada ilusionante hacia los nuevos caminos que recorreremos. Naturaleza, viñedo, paisaje y vinos; una pasión de familia que crece a través de los años. Muy cerca de la actual bodega se extiende una pequeña y apreciada parcela de viejas cepas de tinto fino. De sus uvas, vendimiadas a mano, grano a grano, elaboramos Doroteo. En Doroteo late una energía singular. Las raíces, muy profundas, parecen dar a las vides concentración y equilibrio de matices. Es un vino maduro y fresco a la vez, paradoja que solo resuelven los viñedos más antiguos y bien manejados. La fermentación con levaduras autóctonas permite conservar la máxima expresión y tipicidad del origen. Una larga crianza (36 meses en barrica de roble francés y al menos otros 24 meses en botella) ofrece un vino elegante y potente, exponente de clasicismo y de larga vida. Lo disfrutamos recordando el legado de nuestro abuelo y brindando por este cuarto de siglo que tantas satisfacciones ha traído.