Emi va sin mucha ilusión a una discoteca de Shibuya y allí se encuentra con una mujer peculiar, Kei. Charlan y beben bajo la bola de la discoteca y, sin saber cómo, acaban acostándose en casa de Kei. Para colmo, Kei le pide a Emi que haga de VJ para ella. Un nuevo mundo de experiencias y emociones se abre para Emi.