Voltaire, el gran iconoclasta de la Ilustración, despliega su genio satírico en estas dos novelas breves que, bajo el disfraz de la aventura, esconden profundas reflexiones sobre el absurdo de la existencia humana. En Cándido (1759), el joven protagonista, educado en el optimismo de Leibniz ("vivimos en el mejor de los mundos posibles"), sufre una serie interminable de desgracias que desmontan esa fe ingenua. Zadig (1747), ambientado en un Oriente fabuloso, narra las pruebas de un sabio que busca comprender el sentido del destino. Con humor corrosivo y claridad luminosa, Voltaire invita a pensar, a reír y a desconfiar de las verdades absolutas.