El incongruente reúne una colección vibrante de greguerías —esas breves y chispeantes reflexiones que fusionan metáforas, humor y observación cotidiana— junto con fragmentos de prosa lúdica e irreverente. En estas páginas, Ramón Gómez de la Serna celebra lo insólito: un reloj que perdió el tiempo, un paraguas que extraña su forma, el café que toca música en silencio. La obra es un homenaje al disparate bien articulado, un estallido de imaginación que desafía la lógica tradicional y reta nuestro modo de pensar lo cotidiano. Con una escritura cargada de ingenio y ritmo vertiginoso, cada frase invita a detenerse y redescubrir lo común desde una perspectiva renovadora y sorprendente. El incongruente no pretende ser serio; su propósito es sacudir la mente, abrir panoramas insospechados en lo más trivial y recordarnos que lo absurdo puede ser tan revelador como lo aparente.