"Nadie puede dejar de admirar la brillantez de las conexiones que Vidal-Naquet sugiere... La audacia ha sido característica de la carrera de Vidal-Naquet desde sus inicios; marcó sus actividades como historiador comprometido en la lucha política; Es visible en cada página de este libro". —Bernard Knox, del Prólogo El cazador negro viaja a través de las montañas y los bosques de la mitología griega, viviendo en la frontera de la ciudad-estado, de la edad adulta, de la clase, de la ética, de la sexualidad. Tomando su título de esta figura, El cazador negro se acerca al mundo griego desde sus márgenes y traza el elaborado sistema de oposiciones que impregnaban la cultura y la sociedad griegas: culto y salvaje, ciudadano y extranjero, real e imaginario, dios y hombre. Organizando sus discusiones en torno a cuatro temas principales: espacio y tiempo; jóvenes y guerreros; mujeres, esclavos y artesanos; y la ciudad de la visión y de la realidad—, Pierre Vidal-Naquet se centra en la congruencia de lo textual y lo real, en los patrones que vinculan las obras literarias, filosóficas e históricas con actividades sociales como la guerra, la esclavitud, la educación y la conmemoración. El Cazador Negro explora la interacción de la visión del mundo, el lenguaje y la práctica social "para poner en diálogo lo que no se comunica naturalmente de acuerdo con los criterios habituales del juicio histórico.