Publicado originalmente en 1976, este libro supuso un punto de inflexión en los estudios de género y en la psicología feminista. Jean Baker Miller, psiquiatra y pionera en el análisis de las relaciones de poder entre hombres y mujeres, plantea que la psicología tradicional ha interpretado la vida de las mujeres desde parámetros masculinos, relegando su experiencia a un lugar secundario o patológico. Frente a ello, propone un marco nuevo donde la empatía, el cuidado y las relaciones interpersonales son vistos como fuentes de fortaleza y no de debilidad. Esta obra abrió camino a corrientes posteriores en la psicología del desarrollo y en la teoría relacional-cultural, y se convirtió en referencia obligada para comprender la experiencia femenina y replantear la igualdad desde una perspectiva más justa y realista.