Kinsey Millhone es despedida de su trabajo habitual y acepta un caso civil aparentemente sencillo: encontrar pruebas para un juicio relacionado con la muerte de Isabelle Barney. Su exmarido, David Barney, fue absuelto del asesinato criminal pero ahora se enfrenta a una demanda civil. A medida que Kinsey revisa la investigación original, se da cuenta de que nada es lo que parece y que el verdadero asesino podría estar más cerca de lo que nadie sospecha.