En "La Cultura de la Satisfacción", el economista John Kenneth Galbraith analiza cómo en las sociedades opulentas, una "cultura de la satisfacción" se arraiga entre aquellos que se benefician del sistema económico establecido. Galbraith examina cómo este grupo satisfecho ejerce una influencia dominante en la política y las decisiones públicas, a menudo a expensas de las necesidades de la mayoría y de la cohesión social. El libro es una crítica incisiva a las políticas económicas y sociales que perpetúan las desigualdades, explorando las implicaciones de esta "cultura" en el funcionamiento de la democracia y el bienestar colectivo.