Una obra que nos transporta a la dulzura y la tradición de los conventos, donde la repostería se convierte en un arte sacro. Este recetario recoge las recetas más emblemáticas de los dulces elaborados por las monjas, transmitidas de generación en generación dentro de las órdenes religiosas. Cada receta está acompañada de anécdotas y contexto histórico que reflejan cómo estas delicias han sido parte esencial de la vida conventual. Es una invitación a descubrir la magia detrás de la elaboración artesanal de postres que evocan la espiritualidad y el sabor del pasado.