En Los invasores (1974), Francisco Ibáñez aborda la temática de la ciencia ficción con su inconfundible sello humorístico. La trama comienza cuando una serie de platillos volantes llegan a la Tierra con intenciones hostiles, y los alienígenas comienzan a infiltrarse en la sociedad adoptando formas humanas o de objetos cotidianos. El Súper encarga a Mortadelo y Filemón la misión de detectar y detener a estos invasores espaciales. Como es de esperar, la paranoia se apodera de los agentes, que ven extraterrestres donde no los hay, provocando agresiones a ciudadanos inocentes y desastres en cadena, mientras los verdaderos alienígenas sufren la incompetencia de la pareja de detectives.