Ignace Lepp (1909-1966), sacerdote católico y psicoanalista, dedicó buena parte de su obra a tender puentes entre psicología y espiritualidad. En este ensayo aborda la amistad desde la óptica del psicoanálisis, explorando sus raíces inconscientes, sus vínculos con el afecto, la dependencia y la maduración personal. Lepp analiza las distintas formas de amistad -desde la infancia hasta la adultez- y examina su importancia en la construcción de la identidad y el equilibrio emocional. Una obra que combina la reflexión psicológica con una perspectiva humanista y cristiana, invitando a comprender la amistad como una experiencia vital profunda.