Un análisis exhaustivo del papel de la Iglesia en el conflicto vasco, centrado en la postura de los obispos de la región durante un período crucial, desde 1968 hasta 1992. El autor, José Antonio Pagola, examina la evolución del discurso eclesial, sus posicionamientos ante la violencia de ETA y su contribución a la búsqueda de la paz y la reconciliación. La obra se basa en documentos oficiales y fuentes primarias, ofreciendo una perspectiva rigurosa sobre el compromiso ético de la Iglesia en un contexto de polarización y violencia.