En el siglo anterior a la destrucción del Segundo Templo y casi dos siglos antes de la derrota final de la rebelión frente a Roma, Hillel lideró un profundo movimiento religioso espiritual en el seno del judaísmo. Tal evento, expuesto brillantemente en este libro, preparó las condiciones para una futura y milenaria supervivencia, la de unos judíos esparcidos por el mundo, sin Templo y sin Estado.