Celeste - Giardini di Toscana Una fragancia que respira calma, luz y pureza. Un susurro limpio y etéreo que evoca el cielo después de la lluvia: luminoso, suave, fresco y profundamente reconfortante. Familia olfativa: Nueva Frescura Notas de salida: Dihidromircenol, notas marinas Notas de corazón: Violeta, frambuesa, acordes exóticos Notas de fondo: Vainillina, ambroxan Un himno a la serenidad moderna Celeste emerge como una fragancia concebida para quienes buscan un aroma que huela a orden, calma y claridad mental. Tiene esa cualidad limpia que recuerda a sábanas recién tendidas, a una brisa suave que despeja la mente y a un amanecer que invita a empezar de cero. Es fresca, pero no fría; suave, pero no tímida; luminosa, pero con una profundidad inesperada que acompaña durante horas. Una invitación a respirar sin prisas Desde el primer contacto, Celeste es como un soplo de aire puro. No grita, no compite, no intenta imponerse: fluye. Su estructura está diseñada para transmitir ligereza, una sensación de bienestar inmediato que envuelve sin abrumar. Es un perfume que limpia el ambiente y el ánimo, como si cada pulverización reorganizara el día. Notas de salida: un destello limpio y resplandeciente La apertura, construida alrededor del Dihidromircenol, despliega una frescura moderna, cristalina y ligeramente acuática. Esta molécula, famosa por su claridad brillante, se combina con notas marinas que aportan textura húmeda, salinidad delicada y un brillo atmosférico. La primera impresión es casi visual: un cielo celeste, despejado, infinito. Notas de corazón: la poesía aérea de la violeta Cuando la fragancia se adentra en su corazón, la violeta toma el protagonismo con un tono empolvado, suave y casi translúcido. Aquí reside la identidad de Celeste: etérea, delicada, con un aura lírica que envuelve como una nube clara. La frambuesa suma un matiz jugoso y tenue, mientras que los acordes exóticos aportan un toque abstracto y moderno que hace que la composición resulte única, reconocible y emocional. Notas de fondo: suavidad que abraza y perdura A medida que Celeste se posa sobre la piel, la vainillina aporta un velo dulce y cremoso que equilibra la limpieza aérea del inicio. El ambroxan, por su parte, otorga una textura cálida, piel-amaderada, envolvente y duradera. El resultado es una estela suave, impecable y armónica, que parece emitir una luz propia. Unisex por naturaleza, eterno por carácter Celeste no entiende de género porque su lenguaje es el de la pureza. Encaja igual de bien en pieles masculinas como femeninas, convirtiéndose en una segunda piel que acompaña durante la jornada con una presencia discreta pero constante. Su longevidad es notable, especialmente para una fragancia con un perfil tan limpio y aireado, lo que la convierte en una compañera ideal para el día a día. Una fragancia para quienes buscan claridad Celeste es perfecta para quienes quieren oler a limpio sin caer en lo convencional. Su estructura ofrece sofisticación sin esfuerzo, una personalidad suave pero magnética que atrae por su transparencia, no por su intensidad. Es el tipo de perfume que deja un rastro de “¿quién huele tan bien?”, sin revelar nunca demasiado. La elección de quienes adoran la luz Fresca, moderna, poética y profundamente reconfortante, Celeste es esa fragancia que ilumina, que aporta equilibrio, que acompaña de forma silenciosa pero inolvidable. Un cielo embotellado para llevar cada día.