La rueda de velocidad de obturación, el anillo de apertura de la lente y el característico telémetro para enfocar: la Leica M-A (Modelo 127) tiene todo lo que una cámara necesita. Muchos de sus componentes se usaron ya en las primeras cámaras M, de forma exactamente igual a como se usan hoy en día. No se ha realizado ningún cambio en el funcionamiento mecánico en los últimos 60 años, y no hay razón alguna para hacerlo en los próximos 60. La Leica M-A es la perfección purista de la fotografía analógica y simboliza, hoy en día, una vuelta de la ingeniería de precisión a la esencia del arte de la fotografía.