El tomillo (Thymus vulgaris) es una planta aromática perenne muy apreciada por su versatilidad en la cocina, su valor medicinal y su uso ornamental. Su intenso aroma y sabor lo hacen ideal para condimentar carnes, guisos, sopas, salsas y adobos, además de ser un ingrediente tradicional en la preparación de agua de melisa y otros remedios naturales. Múltiples usos en un solo cultivo Además de ser un excelente condimento natural, el tomillo es conocido por sus propiedades antisépticas y digestivas, y se utiliza en infusiones y preparados caseros. También puede cultivarse con fines decorativos, gracias a su aspecto compacto y follaje resistente, lo que lo convierte en una planta muy útil en jardines aromáticos o rocallas. Cultivo sencillo y resistente Se recomienda sembrarlo en otoño o primavera, mediante semillero, y trasplantarlo cuando las plántulas alcancen 7-8 cm de altura. La cosecha se realiza a partir de los 5 meses, cuando la planta ya está bien desarrollada. El marco de plantación ideal es de 25 x 50 cm, permitiendo un crecimiento saludable y buena aireación. Tipo: Perenne Uso: Culinario, medicinal y ornamental Siembra: Primavera y otoño Cosecha: A partir de 5 meses Forma de cultivo: Semillero y trasplante Marco de plantación: 25 x 50 cm Exposición: Pleno sol Requiere: Suelo bien drenado y riegos moderados El tomillo es muy resistente a la sequía y se adapta bien a climas cálidos, lo que lo hace ideal para todo tipo de huertos o macetas. Ideal para: Usar como condimento aromático en la cocina Preparar infusiones y agua de melisa Decorar jardines con bajo mantenimiento