El valor de pH (potentia Hydrogenii) es una medida utilizada para medir la densidad de los ácidos oel efecto básico de una solución acuosa. Es muy importante para la preparación del agua de las piscinas, ya que, entre otros factores, influye en la eficacia del desinfectante y en la compatibilidad del agua con la piel, los ojos y los materiales. Para la piel, sería ideal un pH de 5,5. Precisamente, si se utilizara un agua con una cantidad tan desmesurada de ácido no sólo produciría una corrosión en los componentes metálicos, sino que causaría irritaciones oculares en los usuarios de la piscina, ya que el líquido lacrimal presenta un pH de entre 7,0 y 7,5. Por tanto, debe encontrarse una medida intermedia. En relación a la compatibilidad con los materiales de la piscina, no debe estar presente un pH inferior al 7,0, mientras que a niveles superiores al 7,6 no sólo agredería la piel del usuario, sino que también impediría la actuación del desinfectante, con lo que disminuiría el ritmo de eliminación de gérmenes, con las consecuencias negativas que ello implica. Como norma general se aplica lo siguiente: Valor de pH superior a 7,5 = atacaría en gran medida al manto ácido protector natural de la piel (>8,0); en un agua de dureza media a dura se produciría una descalinización (>8,0); reduciría la capacidad desinfectante del cloro(>7,5); valor de pH inferior a 7,0 = se producirían cloraminas, que irritarían las mucosas y causarían molestias debido al olor que éstas generan(