Este majestuoso animal es sinónimo de fuerza y elegancia. Su presencia imponente atrae todas las miradas. La figura del elefante es uno de los iconos más populares en la decoración, y es fácil entender por qué. Con su piel arrugada y sus grandes colmillos, esta criatura inspira respeto, pero también ternura. Su imagen nos transporta a los exóticos paisajes de África o Asia, y su simbolismo propicia la buena suerte y la sabiduría. Cuando situamos una figura de elefante en nuestra casa, no solo estamos decorando con buen gusto, sino que estamos haciéndonos con una pieza que nos acompañará en nuestro camino.