Nadie se lo podía esperar. Ni siquiera ellos mismos. En 1970, los Stooges lanzaron la bomba atómica, su nombre: Fun House. Como todos los grandes puntos de rotación del rock, su repercusión no fue instantánea. Sin embargo, el paso de los años acabó por darle la razón a Iggy Pop, Dave Alexander y los hermanos Asheton. Fun House ha sido tan influyente que sin su existencia nos veríamos abocados a una dimensión paralela de gramática rock subdesarrollado. Detalles Autor: Marcos Gendre Páginas: 101 Encuadernación: Rústica Formato: 170 x 240 x 10 mm